martes, 19 de junio de 2012
Mapuche Getsemaní
Paola Vielma Atienza
Lloro, lloro y lloro desconsoladamente lloro...
¿Cuántas más manos quebradas?
¿Cuántas más piernas quebradas?
¡Escucha Oh pueblo!
¡Escucha el clamor del niño!
¡Escucha el sollozo de la tierra!
La tierra gime con llanto salobre
gime con los pasos que se acercan
con los pasos que atemorizan
marchan, marchan, marchan
resonando con las balas
hechas no de pólvora
sino de LEY
La ley del dueño, del patrón colonial
del oficial del rey, la del Estado.
Lloro, lloro, lloro
porque lamento con los surcos
de sangre mapuche
que ha ido dejando mi voz que calla
mi voz blanca que juzga con
la peor de las pestes
¡La IGNORANCIA!
Clamo, clamo y clamo
¡Lo siento, lo siento tanto!
Siento que han pasado los años
y a los pobres y a los indios
los une el mismo lazo
¡Qué son flojos, que borrachos
que quieren todo regalado!
¡Que atacan e incendian,
que matan con palos!
Lloro, lloro y lloro...
Amargamente con la hiel de la cruz
doblada
Cansado está el Cristo colgado
esperando que yo haga algo
hoy es lo mismo ser un nazareno
crucificado
que un sabio mapuche
tratando de atrapar perdigones
con piernas y brazos
llevando a cuestas
nuestros destierros,
nuestros veredictos
y nuestro
progreso civilizado
Lloro porque creemos
Lloro porque confiamos
que estamos muy seguros
en nuestras casitas de blancos
con nuestros hijos tan blancos
en escuelas de blancos
con la justicia de blancos de su lado
y un Estado protector
tan correcto, tan ordenado
ahora en el G20
sientiéndonos casi, casi
"DESARROLLADOS"
bendecidos por las potencias
de blancos
las mismas que nos han
desvalijado
Lloro, lloro y lloro...
con este corazón que se cree
"Blanco"
pero ilusamente no comprende
que siempre habrán otros más
blancos.
Lloro y estoy empezando
pero el llanto mapuche
lleva unos quinientos años.
Ver este enlace http://www.chilevision.cl/home/content/view/425954/140/
jueves, 7 de junio de 2012
la Historia de los indolentes
La historia sigue siendo la misma desde hace tantos y tantos años.
Ahora que estoy de vacaciones, he viajado por los diarios europeos y por algunos latinoamericanos a los que puedo acceder fácilmente a través de mi computador y qué veo, que la escena se repite:
Hace más de una década, en abril de 1994, en un pequeño país llamado Ruanda, al sur de África,se produjo el más grande genocidio de fin de siglo, cuya consecuencia fue la masacre de más de 8 millones de personas, en un sólo mes. Los Belgas, que habían sido quienes dominaron ese territorio durante el imperialismo europeo, se lavaron las manos, así también los holandeses, franceses y Estadounidenses. El mismo Bill Clinton, pidió perdón, tiempo después, por no haber intervenido. Curioso, el principio de "autodeterminación de los pueblos" es respetado por las potencias europeas y EE.UU, algunas veces.
Hoy he revisado las noticias sobre la masacre de Siria, en la que murieron en un sólo día, más de 100 personas, hombres, mujeres y niños, y las imágenes son indescriptibles, dolorosas y vergonzosas imágenes, delatoras de quienes somos como especie, que al mismo tiempo nos muestran la fragilidad y la humanidad de quienes lloran a sus muertos.
La palabra que me viene a la mente en este instante es ¡Indolencia! Nos hemos enceguecido, viendo mala TV, programas que alienan nuestras conciencias, noticias mediocres que ocultan la verdad que sucede ante nuestras propias narices y hoy, en la era de la internet, estamos menos enterados de lo que sucede en el mundo.
No sólo es la indolencia de las grandes potencias y de los inescrupulosos que lucran con el negocio de las armas, sino nuestra indolencia, que damos vuelta la página, y decimos ¡Qué terrible! Sin siquiera hacer una oración.
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